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Los 5 beneficios de ser un trasnochador

07/11/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo/HuffPost).- Hay un dicho popular que dice que “a quien madruga, Dios le ayuda”, pero las aves nocturnas también obtienen ciertos beneficios por ser quienes son. Es hora de que alguien los alabe.

Ante todo, no hay que confundir,  el sueño es imprescindible, dormir las suficientes horas (entre siete y nueve para el adulto medio) a diario es importante para estar sano. Pero si, por el estilo de vida, hay quien puede permitirse levantarse tarde, quizá prefieras acostarse también un poco más tarde.

Aunque por todas partes se ha proclamado lo bueno de ser madrugador (los beneficios son reales y muy positivos), no se habla mucho sobre las ventajas que tienen las personas que trabajan mejor de noche. Así que a continuación una lista con los pros de ser un trasnochador.

1. Los trasnochadores podrían tener un cociente intelectual más alto.

Satoshi Kanazawa, científico evolucionista de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, descubrió una conexión entre la inteligencia y las conductas adaptativas “noveles en la evolución”, es decir, que difieren de lo que hacían nuestros ancestros.

Kanazawa afirma que “las actividades rutinarias nocturnas probablemente no fueron frecuentes en el ambiente de nuestros ancestros y, por tanto, son noveles desde el punto de vista evolutivo”. El estudio concluyó que “los niños más inteligentes tienen más probabilidad de convertirse en adultos nocturnos que se van tarde a la cama y se despiertan tarde entre semana y durante el fin de semana”.

Aun así, mientras los trasnochadores pueden tener un cociente intelectual más alto,los que se despiertan temprano quizá estén en mejor posición para alcanzar el éxito. Christoph Randler, profesor de Biología de la Universidad de Educación de Heidelberg, preguntó a 367 alumnos a qué hora del día se sentían más activos. Randler descubrió que “un porcentaje más alto de madrugadores coincidía con las características que indicaban proactividad”.

2. También se benefician de tener “fuerza nocturna”.

Los trasnochadores tienen una ventaja física con respecto a los madrugadores. Varios investigadores de la Universidad de Alberta comprobaron la fuerza de las piernas de nueve madrugadores y nueve trasnochadores y descubrieron que la fuerza de los primeros era constante a lo largo del día, pero la fuerza de los trasnochadores alcanzaba niveles más elevados durante la noche. Olle Lagerquist, coautor del estudio, explicó a la CNN que podría deberse a que alrededor de las 21 horas, las personas nocturnas “muestran mayor excitabilidad en la corteza motora y en la médula espinal”.

Foto: Shutterstock
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3. La gente que trabaja de noche parece ser más creativa.

Varios investigadores de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán descubrieron que las personas nocturnas tenían más probabilidades de desarrollar soluciones originales y creativas ante los problemas que las personas que son más activas por la mañana.

Marina Giampietro, la principal autora del estudio, sostiene la hipótesis de que los trasnochadores pueden ser más creativos porque al quedarse despiertos hasta tarde “fomentarían el desarrollo de un espíritu no convencional y de la capacidad para descubrir soluciones alternativas y originales”.

4. Los trasnochadores obtienen mejores resultados en los tests generales de inteligencia.

Hace dos años, varios investigadores de la Universidad Complutense de Madrid presentaron una tesis que analizaba los patrones de sueño de aproximadamente mil adolescentes.

El estudio reveló que los vespertinos obtenían mejores resultados en los tests de razonamiento inductivo, relacionado con la inteligencia general, que sus compañeros matutinos. No obstante, el mismo estudio descubrió que las personas de hábitos matutinos sacaban mejores notas.

5. Los búhos nocturnos pueden mantenerse alerta durante más horas que las personas diurnas.

Un estudio de 2009 de la Universidad de Lieja en Bélgica analizó a 15 “nocturnos extremos” y a 16 “diurnos extremos” y pidió a los participantes que siguieran sus horarios normales de sueño.

Los investigadores midieron su actividad cerebral cuando se despertaban y, luego, diez horas y media más tarde. El estudio descubrió que los participantes obtenían los mismos resultados en el primer test, pero que “diez horas y media después de despertarse, los madrugadores tenían menor actividad en las regiones cerebrales asociadas a la atención y al reloj circadiano, en comparación con los trasnochadores”.

 

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